domingo, 25 de enero de 2015

Familia, Trabajo y El Techo de Cristal

La familia es una de las banderas que se enarbola con mayor precisión dentro de la vida social.


Una gran cantidad d estudiosos habla sobre esta forma de vivir en sociedad. A la familia se le privilegia como la portadora de los valores. La familia es la célula de la sociedad. La familia tiene que tener valores. La familia es un ideal que se ha construido sobre la base de situaciones externas e internas para dar cohesión a la sociedad.

Si bien, es cierto, la familia es un factor importante y determinante en la vida social. La familia es una Institución social. Las leyes que se le imponen están en relación directa sobre lo que se le exige y se le impone.

La familia, desde mi punto de vista es una entidad viva, compleja que está sujeta a las leyes de la imperfección humana, y no, de los ideales que se pretende lleven a cabo.  

La familia está compuesta de seres humanos que tienen relaciones entre sí. Primero la pareja como el eje fundamental de cualquier grupo familiar. Sin embargo, estas parejas se encuentran desarrollando vínculos cada vez más complejos por la naturaleza de las exigencias sociales: laborales, económicas, poder adquisitivo, etcétera.

La pareja tiene una serie de necesidades que cubrir, y más, cuando tienen a su cargo la responsabilidad de los hijos. Esta responsabilidad, que un inicio, era solo de las mujeres, en algunos hogares, no en todos, ha ido permeando y muchos hombres ahora participan en ello.

Sin embargo existe una limitante para las mujeres. Una gran cantidad de ellas lo enfrentan de una manera dramática. Su vida se compone en correr, educar, trabajar y continuar con una carga estresante de trabajo y funciones que requieren realizar todos los días.  

Una gran cantidad de mujeres optan por el trabajo por la necesidad económica pero no como una forma de realización. Algunas de ellas aceptan condiciones muy desventajosas por la necesidad económica. Además, de estar expuestas a sus cargas de trabajo que la vida familiar les exige.

Algunas mujeres que incursionan en la vida laboral formal están expuestas a las misma reglas de trabajo que la vida impone: horarios, sueldos, faltas.  El mundo laboral no comprende esta gran carga que ellas llevan a cuestas.  Dentro de ciertos ámbitos es factible observar como muchas mujeres no pueden solucionar situaciones familiares y de cuidado de los hijos por la vida laboral.

Cuando la mujer llega a puestos de responsabilidad como muchos autores lo han apuntado, se enfrenta a una condición invisible: EL TECHO DE CRISTAL, el "suelo pegajoso".  Decidir asumir mayores responsabilidades en la vida laboral en aras de sacrificar su vida familiar, de pareja y de crianza.

Sin embargo, seguimos creyendo y afirmando que la Familia es la base de la sociedad. Entonces, sí ellas, no se encuentran en condiciones de dedicar el tiempo y el cuidado a sus familias por la situación laboral y económica ¿cómo podemos explicar esta gran contradicción?

Es evidente que no es posible hasta este momento establecer una definición clara y precisa que resuelva de manera puntual esta situación. Sin embargo, es necesario sacarla a la luz y comprender porque una gran cantidad de mujeres llegan a la consulta desconsoladas, estresadas, llenas de cansancio y con una vida de pareja y familiar totalmente desintegrada.

Pareciera que el TECHO DE CRISTAL se refiere a su imposibilidad de elevar en la escala de puestos de decisión jerárquicos, en primera instancia por su condición de mujer. Los hombres siguen ocupando estos lugares, en su mayoría. Por otra parte, se encuentra la familia, la pareja y los hijos como una limitante en este aspecto de su vida. 

No es difícil que una mujer elija la familia en relación con el trabajo. Esta condición está centrada desde la misma infancia, desde los factores de educación, los roles, lo que se espera de ellas y ellos, la crianza.

Esta gran contradicción está dentro del seno mismo de la sociedad que enaltece que la familia es lo más importante. Sin embargo, ellas no pueden dedicar su tiempo completo a eso que es una construcción social. Ellas tienen que cumplir con las mismas normas que el mundo laboral plantea. Pareciera que vivimos en dos esferas diferentes. 

Así, pareciera ser, que ese SUELO PEGAJOSO se llama familia, tradición, crianza, hijos, marido y pareja. 

En el ámbito en el que me desenvuelvo ellas llegan por su condición de este SUELO PEGAJOSO en su mayoría:

- Trabajo o familia.
- Pareja o hijos.
- Economía o tiempo para el hogar.

Algunas mujeres muy exitosas en su vida laboral se muestran totalmente indefensas frente a una toma de decisión de sus propias vidas, tienen que vivir bajo la sombra de estas exigencias.

Evidentemente cada decisión implica una renuncia, pero no un sacrificio que a muchas de ellas, viven con gran sufrimiento.

A la consulta acuden con dolores intensos:

- Hijos descontrolados.
- Culpas.
- Depresiones.
- Parejas que se desintegran: celos, infidelidades.

Me parece importante poner acento en esta Institución de la familia que tanto se enaltece, pero que a mi juicio, también es una gran generadora de desajuste en la vida de las personas. Sobre todo, cuando uno de los miembros de la pareja enfrenta exigencias tan grandes que no puede cubrir a cabalidad.

En Cecreto trabajamos para el bienestar de las familias
Y, tenemos artículos, libros y una gama de libros digitales para tal efecto.

La vida de las mujeres, de los hombres y de los niños es nuestro interés.

Cómo Recuperar la confianza en el amor: heridas y cicatrices en la relación de pareja
Cómo Superar la Dependencia Emocional y ser feliz
Cerrar ciclos en la vida

Estos amores adictivos llenos de ambivalencia: amor-odio. Necesidad- adicción. Son un tema que lleva a la consulta a una gran cantidad de hombres y mujeres.

La terapia es una oportunidad de crecimiento, la autoayuda, libros, talleres, constelaciones familiares.

Pero eres tú, quien tiene que acercarse a ellos, sí de verdad, estás comprometido con tu proceso de crecimiento y poder personal.

La calidad de vida emocional porque vivir en un triángulo amoroso: no parece ser una buena apuesta para experimentar la vida.


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Ana  E. Giorgana



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